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MICROSCOPIA CONFOCAL PARA EL DIAGNÓSTICO PRECOZ DE CÁNCER DE PIEL

La microscopia confocal es un dispositivo con tecnología avanzada que permite visualizar la estructura de la piel de manera no invasiva (sin agujas y de forma indolora), por lo que es una tecnología excelente para el diagnóstico precoz del cáncer de la piel. 

Esto se consigue mediante un láser de baja potencia, que nos permite ver las células en las capas más superficiales de la piel y llegar al diagnóstico de forma totalmente indolora y generalmente inmediata.

La capacidad de penetración del microscopio confocal nos permite evaluar la epidermis por completo (la capa más superficial de la piel) y llegar hasta la dermis. Ello nos permite realizar el diagnóstico de los tumores que se presentan en la piel. Por lo tanto, la microscopia confocal nos permite obtener información bastante similar a la obtenida de forma invasiva mediante biopsia, de una forma rápida y no invasiva.

Con la microscopia confocal, es posible visualizar en tiempo real y con una precisión histológica, los márgenes de cualquier lesión proliferativa de las células en vivo con una excelente precisión. La microscopia confocal tiene múltiples aplicaciones en dermatología y sirve ya de guía y seguimiento, incluyendo las biopsias y la cirugía micrográfica de Mohs.

Nos permite en muchas ocasiones, confirmar la benignidad de una lesión y evitar la realización de cirugías innecesarias. De tal modo que se pueden utilizar técnicas no quirúrgicas como láseres, consiguiendo un mejor resultado estético.

La combinación de la microscopia confocal y la dermatoscopia de alta resolución permiten el diagnóstico prequirúrgico del melanoma,  el carcinoma basocelular, carcinoma epidermoide y de otros tumores cutáneos, así como otras enfermedades de la piel. Asimismo, esta técnica permite confirmar la evaluación antes del tratamiento. Y también hace posible confirmar la curación en la terapia fotodinámica o el tratamiento láser en múltiples indicaciones, como en el diagnóstico inmediato de las lesiones en la cara y otras zonas difíciles. Un claro ejemplo es su aplicación para confirmar que una lesión es benigna y que no requiere cirugía como los lunares benignos. Con ello se consigue evitar la biopsia quirúrgica, especialmente en zonas cosméticas. En caso de que la biopsia quirúrgica sea necesaria, permite dirigir la toma de la misma, así como asegurar la zona de una pequeña biopsia diagnóstica.

Dado que se trata de una técnica totalmente segura y no invasiva, tiene la ventaja, frente a otras pruebas diagnósticas que conllevan efectos secundarios (radiación asociada, cicatriz antiestética por biopsia, etcétera), de poder repetirse tantas veces como sea necesario. En ciertas ocasiones, el estudio dinámico en el tiempo de una lesión nos proporciona información muy importante para su diagnóstico y planteamiento terapéutico.

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